jueves, 23 de febrero de 2017

El Concepto del Amor


Paso por las calles de mi pueblo,
Así como el tiempo pasa por mis calles,
Siempre desamparado y melancólico,
Invadido en minúsculos detalles.

Los conceptos cambian en sus lenguas,
Las maravillas pasan como las letras,
Nada queda para la eternidad,
Solo las palabras que aquí están plasmadas.

Escrito está el pasado,
En desarrollo está el presente,
Pero jamás se podrá adivinar el futuro,
Solo son visiones, que podrían ser presente;
Sin siquiera llegar a acertar,
El día de nuestra muerte.

La suerte es solo la mente,
Esperando que logremos un deseo,
Por eso nunca estamos en el mismo anden,
Solo pasamos al siguiente paseo.

El concepto del amor,
Siempre cambia con el tiempo,
Un día te basto,
Y otro día ya es amor.

Vivimos cegados de nada,
Morimos rodeados por todo,
Tan sínicamente apropiados de la tierra,
Que olvidamos su verdadero significado.

El concepto del amor cambia,
Por eso hay guerras,
Infelicidad y maldad sin verdad,
Por eso llega el fin de la humanidad.

Antes un abrazo,
Valía más que mil palabras,
Ahora vale menos que un peso,
Menos que la continua cotidianidad.

Las balas rodean los barrios,
Que antes solo se reunían a celebrar,
El mundo corre, solo sigue corriendo,
Se ha llenado de codicia, ya no avanza.

El amor ha quedado en segundo plano,
Ya no valen las cartas de amor,
Los poemas son olvidados;
Muertos sufren en sus aposentos,
Se dan cuenta de la triste historia que han creado.

Cubren las ventanas,
Que se abrían de par en par,
Que morían por salir a cantar,
Ahora mueren, en oscuridad.

Los trenes no viajan por placer,
Lo hacen solo para complacer,
El bolsillo que da de comer.

Los conceptos cambian,
Palabras cambian,
Las personas se olvidan,
Mueren sabiendo que no renacerán.

No hagas que cambien,
Solo adáptalos a tu época,
No les des la espalda,
Ayúdalos a entender el bien,
Ya sea con palabras,
O con hechos contundentes.

miércoles, 15 de febrero de 2017

En el Aire, Bajo el Cielo


En el aire ya no hay pájaros,
Ni nubes, ni burbujas de cristal,
Solo aves de metal, cruzando el mediterráneo,
Buscando acabar con la libertad.


La luna se ha caído a pedazos,
Como la metralla al tocar los campos,
Mi patria se ha ido,
Igual las nubes con ese gas nocivo.


En el rio me hundo,
En el mar me atropellan,
La tierra es un infierno
Y el aire es etopeya.


Los lagos se manchan,
Se forman en medio de nada,
Del mar de esperanza,
Que se hunde como las almas.


Plantare un jardín en el cielo,
Donde puedan volar mis sueños,
Un enorme castillo,
Para vivir lejos del suelo.


La nada no dura para siempre,
El hombre muere,
Y quedan sus desdenes,
Sus mayores actos de cobardía,
Todo lo que valía,
Más un poco de su autoría,
Que, sin darse cuenta,
Acaba como su herencia.


El cielo también se pinta de rojo,
De humos fosforescentes,
De atmosferas de petróleo,
Tienen el dolor de su gente.


Las balas también rompieron las nubes,
Las ventanas de mi habitación
Y los techos de alfajor,
Sin darse cuenta, cayeron en los dulces.


Las hélices de mi corazón,
Las alas del porta avión,
Son piedras las que la han tumbado,
La mano del pueblo,
En contra de un gobierno,
De mártires y reyes,
Semidioses autoproclamados.


Sus plumas ya no vuelan,
Se condenaron a la tierra,
Al pantano de la rotura,
A su auto tortura.


Cables eléctricos,
Pancartas de televisión,
Globos de sanación,
Mueren en su proclamación.


Ya no vuelven,
No quieren volver,
Las aves se marchan,
Como las ballenas en el mar.


Me voy,
Nos vamos del cielo,
De la tierra,
Del agua del pozo,
De todo lo que nunca existió.


Disparamos al cielo,
Adivinando lo que no sabemos,
Disparamos al agua,
Destruyendo lo que esperamos,
Cuando en realidad volemos,
Nos autodestruiremos,
Cuando en verdad buceemos,
Moriremos ahogados de infierno,
Es tan simple como vivir en este suelo,
Seco por el invierno,
Añejado por el calor,
De un decanto de domingo,
Que, en el cielo,
Se murió.

miércoles, 8 de febrero de 2017

No Buscar Fronteras



Dejar tus besos y no buscar fronteras,
Es dejar las complicaciones,
Volar a nuevas tierras,
Donde el camino sean mis ilusiones.

Caminar en caminos distintos,
No es perder el rumbo,
Es viajar al opio,
A la ruina de un muerto,
Al renacer de un olvido.

Cruzo las aceras,
Buscando los ojos de la gente,
Pero no veo nada,
Solo crueles lentes,
De platino enzarzadas.

Viajo a la frontera invisible,
A lo lejos que llega el corazón,
Que, sin siquiera ser visible,
Escupe cada síntoma de razón.

Olvidare, olvidarte,
Curar los pasos
Y mirar para adelante,
De nada sirven los errores,
Si te quedas estancado,
Varado en el desacierto, consuelo,
De no saber arreglarlos.

El aire cruza el mar,
El agua rodea la tierra,
Cenizas que solo estorban,
Por lo que en ella llevan.

Vacío está el centro de la tierra,
Llena esta la alcancía del pudor,
Que sin más que puras patrañas,
Se arranca media cuadra de dolor.

Huye, corre donde no te encuentren,
Que, si una estrella te ve,
Te devuelve de inmediato,
Te arranca la paciencia de un zarpazo.

Dejar tu pelo,
El mayor acto de valentía,
La mayor joya de cobardía,
Tan solo olvida que existías
Y veras que rápido vacilas,
Te consumes en silencios
Y vuelves, y nadas sin prisa,
Sin recelos, de que la superficie del sol,
Te queme con la brisa.

Duerme menos y vive más,
Que el horror sea motivo,
Para volver a brillar,
Para volver a respirar el aire de tu encuentro.

Caya, huye de los labios rojos,
De los tacones prisioneros,
De las violentas predilecciones,
De las apariciones en besos,
Que solo buscan traicionar, dejarte perplejo,
En faldas engañando,
Buscando desconsuelo.

¿Qué no basta con el propio?
Claro que no,
Si sufres tú, sufren todos,
Si sufren todos, no sufres tú,
Te olvidas de las calles,
Riendo entre tontos.

Deja que me vaya,
Que cruce Corea,
Que viaje por Rusia,
Y un paseo por caracas,
Que las fronteras no se cierran,
Porque nunca han existido,
Son solo palabras muertas,
De la boca de un caído,
Que sin verdades aterra,
Y maneja sin ser querido.

Un mundo, para mí,
Para dejar tus besos amoratadas,
Porque ya no eres tú quien corre,
Sino yo quien salto.