Y esta vez no me olvidare de ti.
Paseábamos por las calles, en la noche del 31 de octubre, no
supimos mirar atrás, pero pudimos vislumbrar hacia los lados, nada, nada, no había
nada que apreciar, solo la oscura noche en su inmensa desolación, solo una
pareja que se tomaba de la mano y que lentamente avanzaba hacia sus casas, por
el camino lleno de soledad, único consuelo nuestras sombras, el uno al lado del
otro; íbamos nombrando cada uno de nuestros mayores miedos, las alturas, los
payasos, las asquerosas cucarachas, todo daba a la luz; seguíamos sin mirar atrás
todo se lo llevaba el viento, todo se convertía en palabras que solo se
guardaban en nuestros oídos, oídos que de un momento a otro oyeron los pasos de
la eternidad, corrimos, seguíamos sin mirar atrás, pero sabíamos que alguien
nos perseguía, no podíamos girar nuestras cabezas por el pánico, nos cansamos y
caminábamos lo más rápido que pudimos, seguíamos los pasos de nuestro destino,
los espejos en la avenidas nos dieron algo de calma, nos sentamos en la acera más
iluminada y descansamos un buen rato, no podíamos creer lo que estaba pasando,
no sabíamos quién nos había estado siguiendo, pero el sonido cada vez se hacía más
fuerte.
No faltaba mucho para llegar al barrio donde ambos vivíamos cuando
la calle se tornó de completa oscuridad, no se veían más que unos pocos
parpadeos de una lámpara averiada, eran cerca de las 12 y no veíamos rastro
alguno, ni señales de vida, solo éramos ella y yo atemorizados frente a esa
luz, que nos atraía, como si dijera, “ vengan soy su salvación de la tortura de
la noche”, cuando más nos acercábamos más miedo nos daba; cuando entramos al
pequeño círculo, todas las luces se encendieron, por primera vez en un buen
rato miramos hacia atrás y no había nadie, la calle volvía a estar
completamente sola, yo seguía tomado de
su mano, me gustaba el calor que me brindaba cuando me abrazaba; estábamos a
unos pocos pasos de s casa, la acompañe hasta la puerta y me dio un suave beso
de despedida.
Ahora seguía la larga travesía hasta el otro lado de la
calle, ahora sin mi acompañante, me sentía a un más temeroso ,de los peligros
de la noche; nuevamente se fueron las luces en toda la calle, esta vez ya no
quedaba ni ese pequeño punto para guiarme , todo estaba cubierto de oscuridad,
saque mi celular y lo utilice como una pequeña linterna, no es celular muy
lujoso pero tiene su utilidad aparte de recibir llamadas, volví a mirar para atrás
sentía como si alguien me observara, pero ya no temía a lo que me pudiera
pasar, solo éramos yo y lo que fuera que hubiera en la penumbra.
Llegue a mi casas saque las llaves, di un breve giro y se abrió
automáticamente la puerta sin ningún esfuerzo, casi como si alguien me hubiera
abierto desde dentro, me quite todo lo que tenía, me relaje, comí un trozo de pizza
y me acosté a dormir, cuando vi el primer rayo de sol no lo podía creer, no
estaba en mi habitación, mucho menos en mi casa, estaba tirado en medio del
cementerio, frente a mí un gran cartel que decía HELP ME, la foto de mi x
novia, y por detrás algo que decía ¿ te has olvidado de mí? Hay me acorde de
todo y leí lo que decía en su tumba, 31 de octubre de 2016 desaparecida sin
dejar rastro alguno y debajo de esto la inscripción que yo mismo le había dejado,
NUNCA ME OLVIDARE DE TI.
Recuerdo,
Recuerdos,
Simples penumbras del ser humano,
Quejas de mortales,
Cuando viven quieren ser recordados,
Cuando mueren ya no les importa si ser olvidados,
Los MUERTOS NO HABLAN.