Mi única y cruel compañera, la que llena mis
noches y vacía las penas, el dolor se vuelve breve pellizco a tu lado, me
ayudas a escribir y también a tararear, jamás me dejas solo, mi fiel amiga, mi única
amiga.
Empuja las palabras y contienes mis
estrellas, admiras el cielo, observas sus ojos, me acompañas a verlas, a mirar
las musas bellas.
Jamás me aconsejas, siempre estás en
silencio, pero a veces el silencio vale más que mil palabras, observas como me
quedo solo acompañado, jamás te he hablado, no sé si me vez o me oyes, pero sé
que te deleitas conmigo cada mañana.
Quiero que me des fuerza para poder hablarte,
o simplemente para que no me ignores, cada día las veo más bella, cada mañana
la veo más lejos.
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