domingo, 9 de octubre de 2016

Lo que Escribo


Siento todo lo que escribo, porque todo lo que escribo es un sentimiento del corazón, un pellizco del alma y las palabras de mi cabeza, la combinación perfecta de palabras que forman las tiernas melodías, que lentamente llegan a tu mente; son el rastro de un lápiz, lapicero que deja su rastro sobre el papel, tinta derramada a las 12 de la noche, letras escurridas a las 6, lagrimas distorsionadas entre poemas, pensamientos palpados en papel.
El corazón se enorgullece, se decolora por la sangre, pierde la mitad de lo que vive, pero gana el doble escribiendo, se siente desvanecer, renace en la poesía, en las historias ficticias basadas en hechos reales, vivencias de un joven de 15, amoríos sin sentido, con mucho sentimiento, historias retratadas entre símbolos inentendibles, diferentes para cada cultura, un regalo de mi alma, la mejor herramienta mis manos, las letras, el idioma, el lenguaje que se me ha regalado.
Inspirar, inspirar a millones de personas, cavar mi propia tumba, tirarme al vacío y sentir que sigo vivo, seguirlo estando en cada una de esas mentes que no me dejan morir, que talvez algún día más allá del tiempo, de los relojes y las cajas de arena, me sigan leyendo, recordando todo lo que una vez pude haber vivido, verse retratado en las páginas de un libro, que alguna vez estuvo en blanco, seguir siendo recordado como “Gabo” despues de haberse perdido durante “Cien Años de Soledad”, seguir existiendo como mercenario de las palabras y arquitecto de las buenas historias.

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