Nunca ha valido la pena
Algo más allá de nuestro mundo,
Ni siquiera sabemos
Si existe otra vida.
Nada ha valido la pena.
Basta con ver por la ventana;
Las luces del cementerio
Están encendidas
Y sólo puedo pensar
En todos los que deberían estar allí.
A estas alturas de la humanidad
Todo debería estar solucionado,
Pero aún hay niños que mueren de hambre,
Señor con familia, pero sin trabajo
Y gentes estúpidas
Que aún confían en la derecha
O en la izquierda
Cuando la política
Murió en el 91.
Pensar se ha vuelto una mentira
Y los viejos
Son más impulsivos que los adolescentes,
Saltan, corren, fuman
Y apuestan por el que deje más dinero,
Quedando con la única certeza de que perderán.
Quizá esa sea
La última realidad
En sus vidas;
Tal vez eso
No se pueda llamar vida.
Cuánto más ha de pasar
Para que pare esta música,
Para que el sonido de la verdad
Pueda romper oídos sordos
Y masacrar cerdos.
Mientras haya “vida” no pasará.