martes, 27 de diciembre de 2016

Tocar tu Boca



Es un rio de pasiones,
El sonido,
Que disuelve la calma,
El tacto muriendo de suerte.

Tocar tu boca,
Es un acto de valentía,
Revolución de la cobardía,
Un nuevo significado, para amar.

Rozar tus labios,
Es tentar al destino,
Acariciar los sueños
Y caer al suelo.

Tocar tu boca,
Es como vivir en la luna,
Vivir entre escombros
O pasear en tu cintura.

Sentir el calor,
Morir en tu aliento,
En los espejos,
Con reflejos empañados.

Tocar tu boca,
Es sentir otro mundo,
Algo parecido a soñar,
Pero sin olvidarlo todo.
Sentir tus mejillas,
Es volar en otros mares,
Surcar en las miradas
Y batir record ginest.

Tocar tu boca,
Es sinónimo de viajar,
Sentir tus besos,
Es morir y vivir cada noche,
En diferentes caminos,
Después de que las estrellas,
Llegan a su punto más alto,
Donde tu reflejo,
Junto con el rojo de tus labios,
Se convierte,
En el primer sol alcanzable,
Pero solo por mí,
Por mis ojos perdidos,
Que me arrullan a tus pies,
Cada domingo,
Después de las doce
Y puedo sentir tu boca,
Una vez más junto a la mía.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Abrir las Puertas



Quiero tocarte el alma,
Llamarte cuando quiera,
No olvidarte en mi cama,
Desprenderte de cualquiera.


Arraigarme a tu pecho,
Romper la armadura de cristal,
Ocupar el espacio en tu nicho,
Dormir juntos en el zaguán.



Domar las tormentas,
Quedarme tu rebelde corazón,
Acabar bajo un paraguas,
Sin ninguna razón.

Abrir la puerta,
Las ventanas de tu cuerpo,
Quedarme sentado en la entrada,
Pensando en lo que no he hecho.


Hacer juntos lo impensable,
Volar con escobas,
Nadar en las nubes,
Pasear por tus caderas.


Abrir las puertas
De tu corazón malcriado,
Quedarme con las palabras,
Que salgan de tus labios.

lunes, 19 de diciembre de 2016

La Conoci, La Vi Morir



La conocí un día sin estrellas,
Un día sin mareas;
Ella era la última estrella,
El único mar.

Me guio por ciudad de nadie,
Nos perdimos en medio de nada,
Hasta que aprendiste a odiarme,
Hasta que aprendí a amar.

Era una ciudad de nadie,
Ahora es solo de nosotros,
Del aliento y el vaho en tu coche,
Únicamente de los dos.

Ignoramos, al dueño de la casa,
Nos perdimos en locuras,
En tantos caminos de herradura,
En vidas, que estaban perdidas.

Un día la perdí de vista,
Se volvió a mezclar con la gente,
Quise seguirla, la deje escapar,
Pero nunca la deje de ver.

Me dormí en un callejón,
La busque hasta tarde,
Solo encontré vacío,
Su pelo en un charco inerte.
Luego de un tiempo,
Pensé que era ella,
La seguí hasta un callejón,
Pero cuando dio la vuelta,
Me di cuenta de que era diferente,
No era ella,
No pude aguantar y lloré.

Ya no tenía mi propia estrella,
No podía ver de noche,
No sabía caminar de día,
Si nadaba en un rio,
Me ahogaba,
Me arrastraba hasta el mar,
Un mar diferente, salado,
No era dulce,
Como el que habitaba tu cuerpo.

Volví a donde nacimos,
Camine hasta el centro del desierto
Y justo allí, donde te conocí,
Me morí de pena,
Me ahogue con tu poca agua,
Con el fuego,
Que brotaba de mi única estrella,
Que ahora estaba muerta,
Desaparecida, en la inmensidad de la noche,
Ya solo me regala oscuridad,
Frio infinito
Y lagrimas por derramar sobre tu cuerpo,
Que ahora yace inerte, pálido,
Al lado del mío,
Que ya no respira,
No me ve,
No me habla,
Solo recuerda,
El día que, en esa ciudad vacía,
Nos volvimos olvido,
Perdimos la eternidad en solo un suspiro,
De infinita soledad.