lunes, 18 de junio de 2018

Nunca ha Valido la Pena


Nunca ha valido la pena
Algo más allá de nuestro mundo,
Ni siquiera sabemos
Si existe otra vida.
Nada ha valido la pena.

Basta con ver por la ventana;
Las luces del cementerio
Están encendidas
Y sólo puedo pensar
En todos los que deberían estar allí.

A estas alturas de la humanidad
Todo debería estar solucionado,
Pero aún hay niños que mueren de hambre,
Señor con familia, pero sin trabajo
Y gentes estúpidas
Que aún confían en la derecha
O en la izquierda
Cuando la política
Murió en el 91.

Pensar se ha vuelto una mentira
Y los viejos
Son más impulsivos que los adolescentes,
Saltan, corren, fuman
Y apuestan por el que deje más dinero,
Quedando con la única certeza de que perderán.
Quizá esa sea
La última realidad
En sus vidas;
Tal vez eso
No se pueda llamar vida.

Cuánto más ha de pasar
Para que pare esta música,
Para que el sonido de la verdad
Pueda romper oídos sordos
Y masacrar cerdos.
Mientras haya “vida” no pasará.

lunes, 28 de mayo de 2018

Lo Que No Existe


Pregúntate si vale la pena tener miedo,
Date una palmada
Si dices no.

El miedo es tan necesario
Como el amor,
Como los delfines a media noche,
Como los tiburones con hambre,
Como el hongo que crece en sus tumbas.

Respira profundo,
Lee, cierra los ojos,
Parpadea una vez
Y luego dos,
Ahora no parpadees,
Piensa en la noche,
En los cementerios,
En las ventanas oscuras,
En aquello que sientes tras de ti,
Pero no puedes ver.

Piensa un momento,
A oscuras,
¿No sientes nada?
Claro que no,
No es nada.

Pero intenta no ver,
Como si no tuvieras ojos,
Como si fueran blancos
O fueras una paloma vacía,
Permítete sentir sin un tramo de piel,
Intenta oler sin lengua
O masticar sin nariz.
Inventa que no sientes nada
Y que los ruidos que oye tu boca
Son sólo casos de la imaginación.


Ánimo, inténtalo,
Sé que el miedo es más que eso.
Prueba la calle Morse
Y que el oído saboree lo que no existe.

jueves, 24 de mayo de 2018

Bukowski


Nada de lo que veíamos valía la pena. Las personas suelen ser ignorantes, asquerosas y monótonas, y lo peor es que eso no es lo peor. Se retuercen sobre sí mismas cada que volteas a verlas, como si te debieran esa expresión, como si cada gesto de su rostro no fuera una actuación, como si no los vieras caminando solos por la calle, con la mirada perdida y los labios hacia abajo. A estas alturas de la historia muy pocos son espontáneos, hasta el albañil practica las frases que deberá decir para recibir un “gran cabrón” de una chica. Todos dejamos de ser originales.

El día de hoy está totalmente perdido. La cinta que describía la carta decía: “Fiesta”. Y fue un riesgo demasiado grande el siquiera pensar en venir, pero aquí estoy.

He visto poco más de 2 o 3 rostros bellos y jóvenes, no es mucho, pero en estas circunstancias no es poco, es demasiado. Teniendo en cuenta que no esperaba nada lo que he visto da un breve respiro, que no paga mi estadía aquí ni la cerveza derramada en la carretera. Eso no paga el tiempo perdido, que sólo pude invertir a medias terminando un libro de Bukowski y pensando en tantas jugadas de ajedrez, hasta donde podía, sin ajedrez. No había ni uno a pesar de que la misma carta ponía en letras grandes “AJEDREZ”.

No hace falta mirar al sol de frente para saber que puede destrozar tus ojos. Así son muchas veces las personas. Basta ver a una mujer hermosa en la calle para saber que tiene novio. No hay porque mirar la falda, el escote y el ombligo, entonces puedes pensar dos cosas, que va a ver a su novio o que es una puta y como tercera opción, ambas. Nunca veras una así sola dentro de su casa; siempre que el idiota que, según él, la posee, no sea un idiota de “guetto”. Lo seguro es que duren muchos años, mínimamente meses, antes de cansarse uno de los dos y el otro lo mande a la mierda.

De hecho, la mañana parecía una mierda, la lluvia se le venía encima a la pobrecita. Al final sí fue una mierda, pero no por la lluvia, por todo lo demás. Las sillas de plástico marrón, las carpas de cartón y los mini negocios que atendían jovencitas perfectas con pelo rojo natural, hermosas sin exagerar; que en conjunto no es más que una molestia, vaya, hasta los baños son, literalmente, una mierda, como era de esperarse. Sólo pudo salvarme Bukowski y unas cuantas chicas, lindísimas, que desaparecieron tras dos o tres miradas. No bastaba que ganaras el BINGO para que te la devolvieran; venían, jugaban una vez, bebían algo y como llegaban se iban. Hubiera sido una relación muy corta, pero no eran unas zorras, no lo parecían.

Lo malo de todo lo bueno es que sólo hace falta alargarlo para que se vuelva lo peor y es ahí, en ese preciso momento, cuando ya todo es una porquería confirmada; lo que era bueno ya no es siquiera lo suficientemente malo y lo demás, la completa basura, está agobiada de las pisadas de tantos pobres como yo. Hay que admitirlo todos hemos comprado en lugares como ese, que ni siquiera valen la pena para recordar unos cuantos vocablos.

lunes, 2 de abril de 2018

Nicanor Parra (He Vivido)


He vivido,
He vivido bien,
Nunca sabré que tan bien,
Pero al menos he vivido.

La gente se acomoda
Alrededor de mi ataúd,
La mitad no son más que desconocidos
Y a la otra mitad
Nunca la pude conocer del todo,
Así que podría decir que son la misma cosa.

Vienen a echarme sus rimas ahogadas,
Sus lágrimas fatales,
Un millón de pesares
Que no servirán de nada.
Ya me he ido,
Me he ido en el mejor momento;
Justo cuando empezaba a ser olvidado.
Ahora tendré una muerte completa.

Un velorio lleno de flores,
De banderas,
De pesares, siempre,
Nunca de alegría,
Acaso no suponen
Que he de descansar,
Que soy demasiado viejo,
Que ha llegado la hora,
No comprenden
Que estoy cansado,
Cansado de todo,
De mis pasos,
De aquellos rostros,
Del mundo.
Claro que no,
No los conozco
Ni ellos me conocen.

Hay quienes lloran
A lágrima viva,
Con el infierno en sus labios,
Cuando nunca me han leído.
Me alegro por esa gente
Podrán disfrutar lo mejor
De un poeta muerto;
Su epitafio.

Ahora
Sólo espero que las balas
Ya no azoten a mi pueblo,
Han perdido mucho
 por culpa de farsantes.

domingo, 7 de enero de 2018

Capitalismo

Todo lo que he visto hasta ahora
Ha de haber sido una mentira,
¿Y esperan que no le escupa al mundo?
Aquel es el mismo capitalista,
El que ha pisoteado a los pobres.
Es la misma máquina
Que le ha negado comida a África.

Los días, las semanas,
Los meses y los años.
El tiempo sigue pasando
Y en las esquinas
Se sigue pudriendo la enfermedad.
En las esquinas
Se sigue muriendo la ironía.
Sigue naciendo el hombre rico,
Apuñalando con ofertas de trabajo
Al inmigrante venezolano,
Al campesino,
Al joven ignorante,
El ciudadano promedio;
Necesita comer, ambos lo saben,
Son 745.000, pero son bolívares,
Lo mismo que un cheque en blanco,
Sin fondos o en papel mantequilla.

Ayer, como mañana,
El río ha llorado.
Se está desangrando.
Está cansado,
Esta maldita creación
Lo está volviendo loco.

Tranquilo, come, come.
Deja que el petróleo fluya,
Que pague todos tus contactos.

Todo emanará
Cuando te cortes las venas,
Y en forma de billetes
Vuelvas a tus hijos.