lunes, 3 de octubre de 2016

No Saber Llorar de Alegría, No Poder Llorar de Tristeza

Una lágrima,
la más pura expresión del alma,
del corazón y la calma,
pauta que rigüe tu mirada,
la sonrisa que me guía hasta la cama.

La belleza del mar,
guardada en tu mirada,
las cascadas del sol que chocan en la esquina de la luna,
en tus labios y en tus mejillas,
la estrella que brilla al amanecer,
la estrella que miro cada tarde asomado a la ventana,
me asomo con el único objetivo de observarla.

Envidio tus lágrimas,
deseo tus abrazos,
anhelo tus besos,
yo te regalo los míos cada mañana,
pero las aguas no surgen de la nada.

Sé que te beso por "amor",
después de todo soy el hombre que siempre te ha tenido,
el que ha revivido la lluvia sobre tu espalda,
el que te ha sostenido tras la cascada.

Cuando estoy contigo,
jamás se borra la sonrisa de mi alma,
pero cuando te vas,
intento llorar,
jamás caen cristales,
solo brisa en mi mente,
por fuera más seco que un desierto.

A veces desear algo no es suficiente,
porque las lágrimas no salen de mi mente,
duele saber que el dolor abunda,
pero que ningún rasguño sabe dar a luz.

Duele saber,
que por más que quiero llorar,
no puedo lograrlo,
así como tu amor,
que solo fue un juego más,
un engaño más,
de la bruma de la soledad.

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