Sed

Raciones vacías,

Malas replicas de agua,

Mujeres secas,

Muestras de ansiedad.

Simplemente no quitan la sed;

Me tomo una cada noche,

Aun así, se muere algún pez;

Siempre queda algún burdel.

Son alcohol puro,

Agua oxigenada,

Gotas de cianuro,

Falsa agua y esperanza.

Ríos de sal,

Lagos sin verdad,

Mares en cólera,

Solo dan frialdad.

Mujeres secas,

Empolvadas de miedo,

Entaconadas en Kebad,

Lechadas de susurro.

Bares sin nombre,

Que esperan la verdad,

Mientras, tragan carne;

Mujeres secas.

No es raro verlas,

Si compras un whisky,

Alguna tendrás cerca,

Por lo que mas quieras,

No le des tu amor.

Son de labios rojos,

Vestidos carmesíes,

Tragos largos,

Y sin miedo a decir sí.

No piden favores,

Prueban tu boca sin dolores,

Aunque solo sean sin sabores,

Juegos de corazones,

Puños sin moretones.

Caricias de dolor,

Pruebas de calor,

Pruebas de amor,

Que engañan al corazón.

Trata de ignorarlas,

Son amor velero,

Un día la vera,

Yéndose muy lejos.

Toman caricias,

Solo con dolor,

Ya olvidaron amar,

Viven, para pagar impuestos.

Probar sus labios,

Es degustar cocteles,

Matar halagos,

Noches y atardeceres.

Entre más penas,

El sabor vuela,

El licor quema,

Y quedas con sed de ella.

No quitan la sed,

Promueven la sequia,

Amargos cherries,

Rones sin felicidad.

Se llevan las copas,

Acabas hambriento,

Bebiendo de esponjas,

Del caviar, de su cuerpo.

No esperan despedidas,

No viven el momento,

Detestan los besos innecesarios,

Por mucho que necesites un abrazo,

Solo se sientan en tu barra del bar,

Siempre van con tacón de punta,

Olvidan, que su lugar es el suelo,

No tienen derecho al cielo,

No son cascada,

Ni fuego,

Son mujeres secas,

Cascaras de fruta,

Que no quitan la sed.

Olvídate de ellas,

Olvidémonos de ella,

Cambiemos de mesa,

Probemos algunas fresas,

Trata de mirar,

Tan bellas rosas,

Que inundan el jardín,

Nos regalan paisajes,

Que no hemos querido vivir.

Empieza a buscar cascadas,

Deja atrás, los falsos mares,

Encuentra rosas únicas,

Olvídate de la punta de sus tacones.

Cuando encuentres esa fuente,

Aprenderás a amar,

Te harás más fuerte,

Ya no te quemaras.

Las caricias serán infaltables,

Los abrazos necesarios,

Besos inolvidables,

Inmortalidad de ríos.

Dedícale poemas,

Son de mente abierta,

No necesitan copas,

Le bastan tus letras.

Por fin se ira la sed,

Se ha acabado el desierto,

He hallado un oasis en su mirada,

Mujer de fuego,

Acaba de llenar mis recuerdos,

Juega conmigo,

Como niños huérfanos,

Que hoy encuentran amparo,

Debajo de tu boca,

Tocando tus labios,

Nadando en los tejados,

Escapando del pasado,

Porque contigo,

Ya he encontrado lo mejor,

Todo lo que quise y querré,

El único rio,

Que siempre con besos,

Me curara la sed.