miércoles, 25 de enero de 2017

Vino Añejo


El tiempo pasa,
Las vidas se acaban,
El humo arrasa,
Y recupero la calma.
 
El reloj no avanza,
Un minuto que no pasa,
Son gotas de nada,
Reflejadas en mis canas.


En la barra,
Ya no se refleja el bar,
Ni simples botellas vacías,
Solo tristes sedas, de compostura blanca.


La biblia se ha quemado,
Esa sola, tirada en un costado,
Palabras, que se volvieron engaño,
Páginas, que mis manos han rasgado.


Botellas llenas de palabras,
De mi mente que fluye inmensa,
De los versos, que no pude pronunciar,
De las letras, que se ven en mis arrugas.


Como un vino añejo,
Mejoro con el tiempo,
Es infinidad, prefiero estar muerto,
Me cansa el maldito infinito,
Que solo acaba en sufrimiento,
En pesar, sin moverse el reloj.
 
Sigo hablando sin voz,
Con el peso del dolor,
Con mil vidas en mis ojos,
Con los años a mi antojo.


Hace décadas mi vino se acabó,
Simplemente lo he visto todo,
He dejado los cristales empañados,
Todos mis miedos, ya han pasado,
Los males de tu vida se han acabado.


Fluyen los ríos,
Se secan los mares,
Filtramos los lagos,
Olvidamos al sol,
Sus virtuosos rayos.


Estoy aquí solo,
Acompañado de un vino añejo,
De mis pasajeras canas,
De las desdichadas arrugas,
De la puerta a este bar,
Que, sin tiempo en la ciudad,
Ya nunca abre,
Solo cierra puertas ventanas
y cerrojos,
camino a mi corazón,
herraduras que no se han abierto,
pasajes de los que han muerto.


Pero mejor me callo,
Soy solo otro vino añejo,
Otro simple viejo,
Que ahora te está hablando.


He nacido, he vivido,
He muerto y he revivido,
He caído y me he levantado,
He tocado el fondo,
Para poder rozar el cielo.


He vivido,
He vivido bien,
Son muchos los que han muerto,
Pero más los que he visto nacer.

Puede que llegue mi fin,
Mi aventura, mi inspiración,
Me pierda en mis musas,
Y no vuelva sin razón.


Que se acabe este vino añejo,
Pero por suerte, acabe viviendo,
Con todo mi corazón.


Mil años de sazones,
100 vidas en canciones,
Poemas y versos,Son todo lo que os dejo.

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