-Como se te ocurre insultar al alcalde-, gritaba el padre del
chico desde el fondo de la habitación, nunca creería que su hijo un estudiante
ejemplar y trabajador, que siempre ayudaba en los clase res y necesidades del
hogar, hoy la noche de su graduación había insultado al alcalde en medio de
todo el pueblo, nadie podía creerlo, el hijo de José María Córdoba, el señor
mas ejemplar del pueblo, había cometido uno de los actos más reprochables para
la clase alta, mordió la mano del que le daba de comer, traiciono la confianza
del jefe de su padre, las primeras palabras, al principio nadie le hizo caso
pero cuando empezó a hablar de corrupción, su voz empezó a tomar más fuerza, el
Señor Echeverri, el Alcalde de Florida Blanca, un pequeño pueblo al norte de
Colombia, el señor quedaba totalmente descubierto, salieron a flote todas sus
mentiras, la plata que se robó, las ganancias de petróleo que compartió con José
María, todo lo que más adelante causaría la furia de los estratos bajos.
-Hijo porque nos haces esto- seguía repitiendo su padre, que
muy asustado, trataba de ingeniarse una manera para salir bien librado de todo
esto, cambiarse el nombre, irse del pueblo, unirse a los pobres, estaba
dispuesto a casi cualquier cosa con tal de limpiar su nombre. Ya empezaba a
delirar cuando llamo por última vez a su hijo- Juan Francisco¡¡¡¡¡¡- pero ya no
se oía ni su respirar, entro a su habitación y no se hallaba nada estaba vacía,
únicamente se veía la cama des tendida y sobre ella el diploma de político que
Francisco había ganado el día anterior.
A las afueras del pueblo se hallaba Francisco llevaba un
poco de dinero y el recuerdo de la madre en su mente, juro que jamás seria como
su padre, miro por última vez al que durante 20 años fue su hogar y se largó
por el largo camino que conducía hasta el país de nunca jamás.
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