Estaba allí en la calle
del arte, había miles de expositores, solo uno me llamo la atención, hay estaba
ella, vendiendo cuadros comparables a los de Picasso, cuadros que solo yo
entendía, me acerque, compre dos o tres, tenían un precio razonable, comparado
al tiempo que la había estado buscando, me guiño un ojo y le pedí su número, me
dijo que no era de aquí, que estaba huyendo de la familia que nunca tuvo, de su
arte, del arte que yo planeaba adoptar.
La feria aún no se
acababa, prometí volver a buscarla, miré en todas las calles, estaban repletas
de pinturas, libros, letras sin contar, muebles para estrenar, figuras de yeso,
pasos de madera y hojas que rasgar, ninguna tan hermosa como la obra de arte,
que en unas horas iré a buscar, es de esas obras escasas, que cada mil años aparecen,
es la Mona Lisa, la mejor obra de Da Vinci, el mejor poema de Benedetti.
La calle del arte, ahora es
más detallada, solo estamos ella y yo, han desaparecido el resto de las mesas,
nos cubren la luna, las estrellas, los cristales que nunca han caído del cielo.
Ella es la mejor obra de
arte, por eso la adorno cada día mas, no le gustan los vestidos, detesta los
tacones, pero siempre mira al cielo y se asombra, me sorprende, por eso la
decoro con palabras y vuelvo cada sábado a su puesto, a la calle donde muero
por volverla a ver.
Primer “historia” (Poema)
de mi nuevo poemario disponible en Wattpad.
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