martes, 27 de septiembre de 2016

La Primera Mirada



No somos más que simple polvo, seres que se dejan llevar por su naturaleza, generalmente horrible, espantos de la casualidad, peor aún si se deja dominar por el miedo, la intriga, la necesidad del saber, algo incomprensible, así como todo lo que genera una primera vez.
Todo alguna vez tuvo un porque, un cómo y un donde, igual que la primera vez en algún momento se preguntó por tantas otras incógnitas, que de un momento a otro, paso a ser nada, a ser olvido, como el segundo, que no siendo menos que el primero, siempre será borrado de la historia, eliminado, copiado a otra hoja.
¿Y el miedo? el miedo se borra, mas allá del primer intento, se toma toda la libertad, experiencias que no nos serán ajenas, jamás serán olvidadas, tal como fue con algunos momentos, que se tornaron de plástico, para desgracia de muchos y fortuna de otros, nada de esto funciona en el amor.
El amor, el ser más extraño habido y por haber, prominente del reino más raro y desconocido, llamado corazón, el planeta rojo, que cada tanto le da vuelta a nuestros cerebros, cada 2/3, cada 1/4, siempre estará hay arbitrando nuestras cabezas, controlándolo todo a su alrededor, pobre de aquel que se ha dejado dominar por el corazón y deja que se asome por la ventana, porque con los ojos en conjunto, forman un coctel mortal, al que se le llama falso amor, mejor conocido como "amor a primera vista”, algo que todos hemos sufrido, el mal de corazón, los ojos no hacen que engañar a nuestra mente, a nuestras alamas, siempre se deja guiar por la más remota sensación de apariencias, maquillajes y bufandas, escotes en las esquinas y vestidos en Paris, nos hipnotiza con cada movimiento de cadera y aunque esto no quiere decir que el amor a primera vista no existe, sí que es menos probable, porque el maquillaje siempre oculta los dolores del corazón, así como las letras tapan las arrugas del papel.
Nada es tan mortal y asesino como la primera mirada, más aun si es un sentimiento verdadero, pero en el amor nada está escrito, es ahí cuando la segunda mirada te obliga a dar el salto al pozo del que no podrás volver jamás, renombrado amor, nada es comparable a la primera y mucho menos a la última.

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