miércoles, 28 de septiembre de 2016

Sueños



Tengo ganas de abrazarla, pero no la tengo en frente y no lo hice cuando pude, quiero decirle todo lo que siento pero no sé cómo, debo resignarme a hablar con este pedazo de papel, que hoy, ayer y siempre ha sido mi confidente, el único que escucha cuanto sale de mi corazón, tengo miedo a perderla, un sueño, pues jamás la he tenido, me consume por dentro, ataca mi corazón a cañonazos, aunque el miedo no es algo digno de ocultar, para un hombre es vergonzoso y aún más si es por una mujer, pero tengo en la mente de que no es cualquiera, sino en la que pienso cada noche, cada mañana, cada atardecer, se vuelve parte de tu vida, se vuelve toda tu vida, se hace imposible no recordar su rostro tan finamente decorado, incluso mejor torneado que el de todas las modelos, que no rozan ni un pelo de tu belleza, la hermosura que cada mañana ven los ojos, para ti talvez no sea mucho, para mí no es más que la perfección de cada milímetro de tu cuerpo, a los ojos de un hombre, que no puede sacarte ni un minuto de la cabeza, que cada noche te encuentra en todos sus sueños y siempre reflejada en un espejo, son los sueños de un hombre, que le da gracias a la tierra, por tan maravillosa creación, una razón más para volver a aquel parque, el motivo por el cual cada día a las 12pm estoy nuevamente parado en aquella esquina de la avenida, impaciente , esperando tu llegada, a veces deseo subir nuevamente a ese balcón, el balcón donde te vi por primera vez, balcón que en ocasiones, llega a ser mi única compañía, el momento llega, cuando pasa radiante y despampanante, derrochadora de belleza, por unos cuantos segundos todos los sentidos te aclaman, antes de que vuelvas a marcarte al dar la vuelta a aquella esquina, dejas nuevamente en mi corazón una nueva imagen de tu dulce carita, el movimiento de tus caderas que enloquecería a cualquiera y que sin tu saberlo ya hacen feliz a alguien, cada vez que se cruzan con miradas nuestros ojos, esquiva a mirarme de regreso, pero por fortuna ya pude ver esos hermosos tonos verdes y azulados que componen una lenta y difícil poesía; como quisiera verte más de cerca, hablar contigo más de una vez, saber que dulce te gusta, con que música te deleitas, mientras siento tu piel, mientras te hablo al oído, mientras nos miramos fijamente en medio de un atardecer; ahora no pueden ser más que sueños, anhelos que espero se vuelvan realidad, porque si ya es incomprensible el sentimiento que produce el poder verte, no me imagino como podrá ser sentirte y escucharte.

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